Con más de dos décadas de experiencia en publicidad, enseñanza y dirección de carreras universitarias, Pablo Balzo ha transformado la educación en publicidad mediante enfoques visionarios y amplio bagaje en artes plásticas contemporáneas. Su trabajo como ilustrador y sus múltiples publicaciones, reflejan una pasión por la creatividad y la cultura que inspira a sus estudiantes a pensar más allá de las tendencias del mercado.
Pablo Balzo (1979), reconocido ilustrador y diseñador, posee una amplia trayectoria tanto académica como profesional. Con un Magíster en teoría y práctica de las artes plásticas contemporáneas, Balzo ha sabido fusionar su pasión por las artes visuales con la enseñanza y la dirección universitaria. Comenzó su carrera como profesor a los 22 años y alcanzó el puesto de director de carrera a los 32, liderando tres programas en dos instituciones distintas. Su perspectiva creativa y multidisciplinaria ha sido fundamental para enriquecer la educación en publicidad con una visión fresca y metodológicamente vanguardista. Actualmente, además de ilustrador, imparte clases y dirige la carrera de Publicidad en la Universidad Finis Terrae.
Influencias y perspectiva crítica
Uno de los aspectos distintivos de Balzo es su crítica a las metodologías tradicionales de enseñanza en campos creativos como la publicidad y el diseño. «En publicidad, muchas veces el profesor te hace un encargo y te corrige sobre lo que hiciste mal, sin una aproximación metodológica clara», explica. En contraste, él y su equipo han desarrollado un proceso paso a paso que guía a los estudiantes desde lo básico hasta niveles avanzados, asegurando una comprensión profunda y estructurada.
Además de su labor docente, Balzo ha publicado varios libros ilustrados, incluyendo obras destacadas como «No sé lo que cuento…» y «Aún no sé lo que cuento…», así como «Vida de Reyes». También ha coescrito diversas publicaciones que reflejan su interés por la cultura y la creatividad, como «Ilustrados» y la reedición del «Diccionario de Chilenismos» de Don Zorobabel Rodríguez de 1875, entre otros.
Hijo de padre uruguayo y madre chilena, Balzo creció en un entorno artístico que dejó una profunda huella en su vida. Su pasión por la pintura se despertó desde temprana edad, influenciado por su padre, quien fue discípulo del renombrado artista uruguayo Joaquín Torres García. Esta formación artística ha sido una constante fuente de inspiración y guía en su carrera profesional.
Aunque no se define específicamente como ilustrador, diseñador de juegos o cualquier otro título profesional, su enfoque siempre ha sido el desarrollo del pensamiento creativo. «La creatividad tiene que ver con una estructura de pensamiento y cómo una práctica u otra contribuyen a ese desarrollo», afirma. Este enfoque le permite explorar diversas áreas sin encasillarse en una sola disciplina.
Un ejemplo notable de su óptica innovadora es la creación de un juego de naipes para aprender publicidad. Este proyecto surgió de la necesidad de unificar la terminología utilizada por los profesores y hacer más atractiva y accesible la información para los estudiantes. «La baraja de naipes ha sido utilizada con funciones diferentes al juego desde el siglo XVI. Decidimos utilizar este formato para resolver un problema educativo y también para darnos a conocer como carrera», relata Balzo. El éxito fue rotundo: hubo un incremento significativo en la matrícula de la carrera, transformándola en una de las más solicitadas del país.
Balzo destaca por su habilidad para encontrar conexiones creativas entre diferentes medios: todos los días crea collage en sus agendas, hermosas piezas artísticas que combinan elementos diversos para explorar y expresar ideas visuales. «Me encanta trabajar con collage en mis agendas. Es una forma de capturar la esencia de mis pensamientos y experiencias diarias, y transformar fragmentos de realidad en arte», dice.
Balzo observa que la publicidad digital y el marketing digital son actualmente dominantes, pero advierte contra enfocarse únicamente en las tendencias del mercado. «En lo que hay que enfocarse es en los principios de la comunicación y la creatividad, ya que las tendencias cambian», argumenta. Para él, la verdadera formación publicitaria debe centrarse en desarrollar una estructura mental sólida que permita resolver problemas comunicacionales en cualquier contexto. Bajo su dirección, la carrera que lidera ha sido reconocida como la mejor escuela de Publicidad del país por la Asociación Chilena de Agencias de Publicidad. Este logro refleja su compromiso con una educación integral que va más allá de las demandas del mercado laboral. «La creatividad y las buenas ideas tienen que ver con la cultura. La publicidad tiene que ver con la investigación y con el capital cultural que manejas», manifiesta.
La creatividad tiene que ver con una estructura de pensamiento y cómo una práctica u otra contribuyen a ese desarrollo.