Pía Acevedo

Pía Acevedo

Patrimonio / Escuela de Historia

Resignificar y dar vida a patrimonios olvidados 

Formada como historiadora en la Universidad Diego Portales, Pía Acevedo ha centrado su trayectoria académica en los estudios del patrimonio industrial, línea de investigación que profundizó con el Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos por la Pontificia Universidad Católica. Desde 2023, coordina la mención en Gestión Cultural de la Escuela de Historia de la Universidad Finis Terrae.

El patrimonio industrial, compuesto en gran medida por edificaciones en desuso y marcadas por un modelo de explotación intensiva de recursos naturales, se presenta también como un testimonio de transformaciones económicas y sociales que, en Chile, dieron forma a un periodo histórico caracterizado por la industrialización impulsada a mediados del siglo XX por el Estado. 

En estos lugares, Pía Acevedo ha centrado sus investigaciones, explorando cómo estos espacios en abandono se pueden resignificar para visibilizar las historias personales y las experiencias de las comunidades que los habitaron.

“El patrimonio industrial no es bonito en el sentido clásico de belleza. Pero es profundamente valioso porque incluye a los hombres, mujeres y niños que asistieron a esos procesos y crearon identidades. No es solo infraestructura, es también valorar la vida de las personas, su cotidianidad y sus experiencias”, reflexiona la académica.

Su interés por esta tipología comenzó durante su Magíster con una investigación sobre El Salvador, la última ciudad del cobre habitada en Chile. “La pregunta era, ¿cómo se vivía en esos espacios? ¿Eran aislados o no? Esa inquietud nos llevó a estudiar estos territorios productivos desde una perspectiva más humana”, comenta.  

Desde entonces, Pía Acevedo ha trabajado en investigaciones que abordan estos contextos, comenzando en 2013 con proyectos relacionados con los campamentos mineros del norte y ampliándose más tarde a casos similares en la Isla de Tierra del Fuego. “El patrimonio industrial, hace apenas una década, no tenía el valor que tiene hoy. Es un campo de estudio que aún se está instalando, pensando que su reconocimiento formal como patrimonio se dio recién en 2003 en Chile”, señala, pese a que desde 1978 el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial ya abordaba estos temas en Europa.

Vestigios Industriales Enapinos 

“Arquitectura y sociedad petrolera en el fin del mundo”, publicado en 2019, es una de las publicaciones más destacadas de Pía Acevedo. Este libro reúne documentos históricos, planos y fotografías inéditas para reconstruir la historia de los campamentos petroleros de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) en la Provincia de Tierra del Fuego, narrando un capítulo poco conocido del patrimonio nacional.

El libro destaca que el emplazamiento de la actividad petrolera en la región de Magallanes durante la década del 50, tuvo una envergadura que trascendió el ámbito productivo, articulando una sinergia entre los habitantes de los campamentos y las infraestructuras urbanas desarrolladas en torno a esta actividad, confluyendo en la constitución identitaria del “ser enapino”. 

Esta investigación, desarrollada junto a un equipo multidisciplinario, profundizó también en las memorias y cotidianidades de sus habitantes. “Había familias, niños, mujeres. Algunos nacieron allí y no cruzaron al continente por años. Eso generó dinámicas sociales que son fundamentales para entender estos sitios”, explica Pía Acevedo. Sin embargo, con la modernización de los sistemas de explotación petrolera a inicios de los 80, gran parte de esta infraestructura fue abandonada. 

“Encontramos imágenes de Luis Ladrón de Guevara (1926-2015) por ejemplo, uno de los fotógrafos de arquitectura más reconocidos en Chile, quien registró estos procesos modernizadores en la década de 1960. Estas fotografías nos permitieron conocer los campamentos desde adentro”, señala Acevedo. 

Las imágenes reflejan infraestructuras de estilo moderno como cines, gimnasios,  supermercados, observatorio astronómico, piscinas y viviendas equipadas para el clima subpolar de la zona; espacios que dieron forma al diseño urbano orientado a garantizar una calidad de vida significativa para sus habitantes.

Un aspecto destacado del libro es su propuesta editorial, que resalta el valor visual al transmitir la vastedad del paisaje fueguino mediante fotografías desplegables, las cuales capturan la singularidad y complejidad de la geografía del fin del mundo. 

Patrimonios para la infancia 

En 2023, Pía Acevedo lideró el proyecto “Vestigios Industriales en el Fin del Mundo. Elementos de un Patrimonio Cultural en la Isla de Tierra del Fuego”, financiado por el Programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Uno de los objetivos fue acercar a las infancias magallánicas al patrimonio cultural de su región mediante un kamishibai, un teatro de papel de origen japonés que combina narrativa visual y oral. 

A través de esta herramienta pedagógica, se narra la historia de dos hermanos que, por motivos familiares, deben dejar el campamento de Cerro Sombrero, experimentando los desafíos emocionales y las decisiones que implica esta partida de su hogar.

“Uno de los grandes vacíos que encontramos en nuestra investigación es la ausencia de registros sobre la infancia en estos lugares. ¿Cómo era crecer en los campamentos? ¿Cómo era la educación de esos niños? ¿Qué significaba vivir en una comunidad petrolera aislada? Estas historias han quedado invisibilizadas y nuestro objetivo como investigadores es documentarlas y difundirlas”, explica Acevedo.  

Como parte del trabajo de mediación, compartió los hallazgos del proyecto con antiguos trabajadores de ENAP que vivieron en los cinco asentamientos construidos por la empresa: Manantiales, Cerro Sombrero, Cullen, Puerto Percy y Terminal Clarencia. 

Un patrimonio disputado

Aunque el patrimonio industrial ha comenzado a ganar visibilidad en los últimos años, sigue siendo un desafío integrar plenamente en las políticas patrimoniales del país. Como ejemplo, la académica destaca el Campamento Cerro Sombrero y su centro cívico, que fueron declarados Monumento Nacional en 2013, pero la mayoría de las infraestructuras petroleras de Magallanes han sido abandonadas o están en ruinas. 

“Lamentablemente, lo que queda hoy de estos campamentos está en muy malas condiciones o ha desaparecido, pero su riqueza cultural y social, así como las identidades que generaron en torno a la productividad y el espacio, los convierten en un testimonio único que merece ser conservado, revalorizado y protegido”, concluye Pía Acevedo, académica de la Escuela de Historia de la Universidad Finis Terrae.

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El patrimonio industrial no es bonito en el sentido clásico de belleza. Pero es profundamente valioso porque incluye a los hombres, mujeres y niños que asistieron a esos procesos y crearon identidades.

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