El artista multidisciplinario Raimundo Edwards transforma el paisaje urbano en arte, utilizando objetos cotidianos para crear imágenes en negativo que revelan la esencia oculta de la ciudad. Su obra, una fusión de recolección y abstracción, invita al espectador a redescubrir lo que es familiar a través de un ojo artístico único.
Artista visual y docente, Raimundo Edwards se caracteriza por su habilidad para fusionar elementos urbanos con diversas metodologías artísticas, trascendiendo la mera pintura e incorporando disciplinas como fotografía, objetos, imágenes digitales, acciones, video e instalaciones. Su obra se inspira en el contexto urbano y en el principio de la recolección, creando piezas que invitan a una reflexión profunda sobre el entorno y la identidad.
Magíster en Artes Visuales por la Universidad de Chile y licenciado en Artes Visuales con mención en Pintura de la Universidad Finis Terrae, desde una edad temprana su vida ha estado marcada por cambios significativos. A los cinco años, se trasladó con su familia a vivir a Brasil, lo que influyó profundamente en su percepción de la identidad y el sentido de pertenencia. «Siempre me he sentido un poco intruso», comenta Edwards. «Nos fuimos de Chile y viví en Brasil, lo que me hizo perder una especie de identidad con el país. Esta sensación de ser un observador externo influye en mi trabajo».
«A partir de mi adolescencia, comprendí que el arte contenía lenguajes que permitían establecer relaciones, ideas y materialidades desde distintas lógicas. Desde entonces, he perseguido la idea de estudiar y desarrollarme específicamente en las artes visuales».
La calle es la principal referencia y centro de investigación artística de Edwards, quien se enfoca en la imagen en negativo de objetos encontrados en la ciudad. Su metodología de trabajo implica la recolección de materiales orgánicos y artificiales, que luego transforma en arte. «Recolecto materiales orgánicos y desechos industriales, los cuales uso como matrices para generar otros trabajos. Esta relación simbólica entre lo artificial y lo orgánico me interesa mucho», explica. Sus obras a menudo presentan una paleta de colores inspirada en la señalética vial, utilizando tonos como el amarillo y el negro, lo que remite tanto al contexto urbano como al lenguaje de la abstracción.
El enfoque de Edwards se centra en utilizar matrices de origen industrial para estamparlas con spray de pintura sobre diferentes formatos de representación. Esta técnica se traduce en una amplia variedad de medios, incluyendo fotografía, objetos, imágenes digitales, acciones, video e instalaciones. Estas disciplinas operan bajo la lógica de desplazamientos y reconciliación del lenguaje pictórico para establecer un diálogo con lo urbano que retoma el origen. «Por ejemplo, utilizo telas y paños de color que luego, con grafito, traduzco los suelos de distintas esquinas. Esto permite al espectador conectar con la geometría urbana, como tapas de alcantarillado o construcciones geométricas», comenta Edwards.
El color juega un papel crucial en sus creaciones, no solo como representación naturalista sino como un medio para provocar conexiones históricas y emocionales. Edwards se inspira en movimientos artísticos como los de Helio Oiticica y Ligia Clark en Brasil, quienes exploraron el color y la forma desde una perspectiva performativa. «El color no es solo una representación naturalista, sino un lenguaje que provoca conexiones históricas y emocionales», señala.
Además de su trabajo en pintura, Edwards también ha explorado la instalación y el video. «Tengo trabajos que son más acción que otros. Utilizo disciplinas como el video y la instalación desde una perspectiva pictórica. Por ejemplo, realicé una serie de recorridos en el centro de Santiago, utilizando telas de paños de color que luego, con grafito, traducía los suelos de distintas esquinas», explica. Estas exploraciones interdisciplinarias enriquecen su práctica artística, permitiendo una interacción más dinámica con el espectador.
La autonomía de la imagen es un concepto central en su obra. «La autonomía de la imagen se logra cuando no necesita un texto adicional para evocar una idea. Me interesa que mis trabajos sean autónomos y que el espectador pueda interpretarlos por sí mismo», comenta Edwards. Esta búsqueda de autonomía se refleja en su metodología estricta y planificada, que paradójicamente le permite una mayor libertad creativa. «La planificación es muy estricta, tiene muchas reglas, y eso es lo que me permite tener más espontaneidad y trabajar de manera más libre», añade.
Edwards ha expuesto individualmente en lugares como el Museo de Artes Visuales con «Rehacer toda marcha a su antojo» (2019), el Instituto Tele Arte con «Jimny» (2017) y la Galería Metales Pesados Visual con «El centro de la tierra» (2016). Ha participado en muestras colectivas destacadas como «Proyecto al aire libre» (Santiago, 2020), «Dobles de proximidad» (Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, 2018) y «SWING» (Sala En Tránsito, 2017), entre otras. Además, ha sido reconocido con becas y premios como el Premio a la Creación y Producción Artística (PCPA) de la Universidad Finis Terrae (2017, 2018 y 2019) y el primer premio Beca Arte CCU. También ha participado en residencias artísticas en Chile y en el extranjero, así como en ferias de arte.
Discípulo de Eugenio Dittborn, Edwards es cofundador del Taller DARDO Artes Visuales, donde además de exposiciones, realizan actividades educativas de manera continua. Desde 2007, forma parte del cuerpo docente de la Universidad Finis Terrae siendo la enseñanza parte activa de su vida: «Me encanta la docencia. Es como un sistema de transferencia de energía con otras personas. Estoy mediando, más que siendo el profesor que da una instrucción y los estudiantes deben seguirla. Junto con mi asistente, facilito el intercambio entre los estudiantes, la mayoría de ellos artistas o aspirantes a serlo. Eso también me parece fascinante. Es emocionante poder conversar con personas jóvenes de 18 años y también con aquellos que están a punto de graduarse, ya que también imparto talleres de grado. Así que veo todo el ciclo de entrada y salida. Eso es realmente enriquecedor para mí. Me interesa muchísimo», concluye.
Utilizo disciplinas como el video y la instalación desde una perspectiva pictórica. Por ejemplo, realicé una serie de recorridos en el centro de Santiago, utilizando telas de paños de color que luego, con grafito, traducía los suelos de distintas esquinas.
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