Con una trayectoria marcada por el grabado, Alberto Zamora (Santiago, 1967), se especializó en esta técnica en la Universidad de Chile y formó parte del Taller Urbano y el Taller 99. Ha desarrollado una amplia trayectoria docente en el Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Chile y en la Escuela de Artes Visuales de la U. Finis Terrae.
La formación integral de Zamora comenzó en el Liceo Experimental Artístico, en la ciudad de Santiago, un espacio educativo reconocido por su enfoque multidisciplinario en las artes musicales, visuales y escénicas, que marcó sus primeros pasos en el mundo artístico.
Fiel al propósito inicial de la institución, orientado a educar a los niños “en la índole de sus propias capacidades creadoras”, Zamora encontró en el grabado el medio que definiría su carrera. “Siempre tuve claro que mi horizonte era esta disciplina”, comenta el artista visual, quien también se desempeña como académico de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad FInis Terrae.
Tras egresar del Liceo Experimental a inicios de la década de los 80, Zamora continuó sus estudios en la Universidad de Chile junto a 12 compañeros en un proceso experimental de educación superior que duró cuatro años.
Durante este periodo, marcado por convulsiones políticas, definió su visión del oficio artístico como medio de expresión y resistencia cultural. “En momentos de crisis social, el grabado siempre ha estado presente. Su carácter democrático permite que las imágenes lleguen a un público mucho más amplio, algo que vimos nuevamente durante las movilizaciones de 2019, cuando muchos jóvenes retomaron técnicas como el fanzine, la xilografía y la serigrafía en las calles”, comenta.
El grabado y su originalidad múltiple
Al llegar la democracia, Alberto Zamora se integró al Taller 99, espacio fundado por el artista Nemesio Antúnez (1918-1993) en 1959. Fue allí donde Zamora desarrolló sus primeras obras y trabajó colaborativamente con otros artistas, profundizando en técnicas como la litografía y la serigrafía.
Al reflexionar sobre el sentido del grabado, Zamora recuerda las enseñanzas de Antúnez, quien lo definía como un original múltiple. “Nemesio solía referirse a que el grabado no es una simple reproducción ni una copia. Cada impresión es única, marcada por el momento y la mano del grabador”, explica el grabador, destacando que lo esencial es que cada obra conserve la huella del artista, ese carácter que “trasciende la matriz y la reproducción”.
Desde 1995, Alberto Zamora forma parte de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae. Durante su trayectoria académica, ha contribuido a la formación de nuevas generaciones de grabadores, compartiendo su experiencia tanto en la sala de clases como en el taller, espacios que dice “deben ser complementarios”.
Muestras en Chillán y Valparaíso
En septiembre de 2024, Alberto Zamora junto al artista Iván Lecaros, presentaron la exposición Dos Grabadores en el Museo Internacional de la Gráfica en Chillán. La muestra, financiada por la Ilustre Municipalidad de Chillán, incluyó 30 grabados de Zamora, elaborados con la técnica de risografía a partir de negativos fotográficos personales recuperados tras más de dos décadas.
Estas impresiones fueron producidas en el Laboratorio de Publicaciones Artísticas (GPA) de la Facultad de Artes de la Universidad Finis Terrae. Según explica el artista, este trabajo refleja la unión de sus intereses por el grabado y la fotografía, integrados con un enfoque experimental que se materializó a través de la risografía.
Dos meses después, en noviembre, Zamora lideró el proyecto Guillermo Frommer: Obra Gráfica, una exposición homenaje dedicada al destacado grabador chileno Guillermo Frommer (1953-2017), que se presentó en el Museo Universitario del Grabado (MUG) de Valparaíso. La muestra, financiada por la Vicerrectoría de Investigación, Creación Artística y Doctorado de la Universidad Finis Terrae, fue desarrollada en colaboración con los docentes Francisca Brante y Pedro Sánchez.
Esta exposición reunió nueve grabados impresos en técnicas como calcografía, litografía, xilografía y serigrafía, explorando la diversidad de técnicas que desarrolló Frommer. El guion curatorial, enfocado en la “noción de la matriz” como punto de origen de la obra gráfica, permitió al público recorrer desde los primeros experimentos litográficos del grabador hasta sus últimas obras que realizó como profesor en la Escuela de Artes de la U. Finis Terrae.
En momentos de crisis social, el grabado siempre ha estado presente. Su carácter democrático permite que las imágenes lleguen a un público mucho más amplio, algo que vimos nuevamente durante las movilizaciones de 2019, cuando muchos jóvenes retomaron técnicas como el fanzine, la xilografía y la serigrafía en las calles