Las obras giran en torno al dibujo y la pintura. A través de estos lenguajes, Gabler crea una singular forma narrativa que hace un guiño al cómic. Frente a hechos o personajes reales y documentados, explora maneras de contar y pensar sus historias desde un espacio de reflexión artística.
Su técnica cruza aspectos del grabado, como el tratamiento de la línea, con el cómic. Así, lo narrativo aparece de modos diversos en las cuatro series que componen el montaje. Cada una de ellas, en tanto, puede leerse en forma independiente de las otras, como cuatro «mini exposiciones» dentro de una.
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