«Esta novela polifónica presenta una problemática ineludible de la experiencia humana: la pérdida de un ser querido. El autor permite una inmersión en las diferentes subjetividades a la vez que nos habla desde voces que bien podrían ser una sola compartida, perteneciente a una colectividad doliente.
Federico Zurita Hecht no pretende brindarle al lector una guía de duelo, sino que le invita a sumergirse en él y explorar sus diferentes dimensiones, tal como ocurre en El Teatro del Espejo, lugar donde volver a ver a quienes han fallecido se nos obsequia como el más inverosímil de los regalos: “Ahora soy un adulto, no el más valiente de los adultos, pero tras escucharte en escena sufrí más por ti que por mí. Comprendí que viviste toda mi angustia infantil casi como si fuera tuya, y estoy seguro de que hasta habrías deseado ocupar mi lugar en mis pesadillas sólo para que yo estuviera bien. Tal vez moriste tan joven porque finalmente sí ocupaste ese lugar. Tal vez por eso ya no sueño así.”
Fragmento de «Nostalgia de la madre muerta» de Javiera Zamorano.
«El recuerdo, el olvido y el dolor son el mapa que trama la historia de cuatro generaciones de hombres que han perdido a su madre. Cada uno, desde sus distintos tiempos y oficios, añoran rescatar y representar la idea de su madre en su memoria y están impulsados a recuperarla como una parte desgarrada de su propia identidad.
En esta novela un hijo puede ser un padre, un abuelo o un bisnieto porque la experiencia que los une, bañados de nostalgia, es común a toda la humanidad».
Fuente: La Pollera ediciones