Sebastián Mahaluf

Sebastián Mahaluf

Artes Visuales / Escuela de Artes Visuales

Explorador de la geometría y el espacio

El artista chileno y profesor de artes visuales Sebastián Mahaluf (1976) cuenta con una amplia trayectoria que abarca múltiples países y una exploración profunda de la geometría y el espacio como elementos centrales de su obra.

Obtuvo su Magíster en Artes con mención en Artes Visuales de la Universidad de Chile y desde 1998 ha estado produciendo y exhibiendo su obra en Chile y en diversos lugares del mundo, incluyendo Argentina, Brasil, Estados Unidos, China, Italia, Francia, Filipinas, Escocia, Inglaterra, España y Finlandia. Además, cuenta con una amplia experiencia docente en Chile que se remonta a 1996.

En el corazón del trabajo de Mahaluf está la geometría, que no solo es el método de estudio de su producción artística, sino también una herramienta para explorar el espacio y el cuerpo como objetos de estudio y expresión. Su obra se divide en dos líneas de trabajo distintas, pero interconectadas: el análisis de la forma para revelar aspectos relativos al lugar de exhibición y el cuerpo como objeto performático. La experiencia del entorno es esencial en su obra, tanto para el artista al crear y «tejer» su obra en el espacio, como para quienes la observan y exploran. Su trabajo activa sensaciones de ilusión, profundidad y juega con fenómenos de luz y reflejo, ofreciendo al espectador una experiencia inmersiva que invita tanto a la participación activa como a la contemplación.

“La geometría es una manera inicial de poder comprender la espacialidad a través de la medición, por ejemplo. A través de la medición voy comprendiendo la distancia del espacio que me rodea, o incluso la distancia de un otro cuerpo que esté circundante al mío. Entonces, en ese sentido ha significado un elemento fundamental de entendimiento para mí a la hora de crear una obra”, dice el artista  

Su interés en el espacio radica en lo que este revela sobre nosotros y nuestra época. El espacio vacío, según él, condensa las contradicciones de la sociedad, así como las imágenes y los sueños. “La espacialidad habla también de nosotros mismos. Vamos dejando huella, como esa huella que deja Richard Long (pionero del Land Art) en la obra «Una línea hecha al caminar», reflexiona.

Su relación con el cuerpo, tanto el suyo propio como el de otros, también es central en su obra, ya que los cuerpos existen en el espacio y son una parte esencial de la experiencia humana. “Los cuerpos también son arquitectura, también construyen espacio”, manifiesta.

Mahaluf ve el ejercicio del proceso artístico como un acto colaborativo que involucra y hace parte fundamental al espectador. La posibilidad de conectar a través del arte surge para él cuando el espectador deja de ser un mero observador y se convierte en un participante activo. Juntos, artista y espectador, elaboran una interacción social que tiene como objetivo crear una obra de arte que trascienda los límites de la pasividad y se convierta en una experiencia compartida y transformadora.

Una de las materialidades con las que ha trabajado mucho en esta línea es el elástico. “El elástico es, como bien dice su nombre, la elasticidad, y también es la bifurcación, también es el corte, es lo laxo, lo tenso. Entonces, en todas sus dimensiones, me parece que es una materia que, más allá de que pueda construir una línea y conectar un cuerpo con otro, el estar tensado a otro cuerpo, ya eso significa un acto de comunicación. El cortar esa tensión es la posibilidad de reencontrarse a través, por ejemplo, de la crisis. El corte de un elástico es percibir también la tensión existente con el otro cuerpo”, explica. 

Recientemente, durante una pasantía en Sichuán, China, Mahaluf usó esta materialidad en su montaje/performance “Suspensión en tensión” con la idea de analizar las relaciones entre los cuerpos que ocupan un espacio determinado, a partir de la experiencia. Esta exploración artística de estructuras elásticas consistió en atar un jarrón de cerámica como objeto simbólico de la cultura china a una de las estructuras del techo y por otro extremo atado a su cuerpo. Avanzaba lentamente como una conversación entre el objeto, el espacio y su cuerpo. El objeto quedaba colgado del espacio y de su cuerpo; y luego el artista iba cortando cada elástico hasta que el objeto cayera.

“El hacer arte, para mí al menos, tiene que ver con la vida misma. No puedo separar el fin, no es solo una cuestión estética, sino que tiene relación con la utilización de ciertas materialidades, esas materialidades se transforman, pero son transformadas con un sentido, y si adquieren una forma es la consecuencia del sentido. O sea, si yo voy a suspender una tela a un velo rojo, es porque ahí estoy queriendo manifestar algo. Es un lenguaje muy complejo, pero que intento ir descubriendo”.

El momento colaborativo, como Mahaluf le llama, es parte fundamental de sus indagaciones artísticas. Plantea preguntas profundas sobre nuestra conexión con el otro y con el entorno que habitamos. Él ve el espacio, la naturaleza y la tierra como lugares donde estamos intrínsecamente conectados. La posibilidad de conectar a través del arte surge cuando el espectador deja de ser un mero observador y se convierte en un participante activo. Juntos, artista y espectador, elaboran una interacción social que tiene como objetivo crear una obra de arte que trascienda los límites de la pasividad y se convierta en una experiencia compartida y transformadora. “El transeúnte se detiene a observar algo que le parece extraño y puede también interactuar con eso, y se producen nuevas sinergias. Es muy interesante percibir esa reacción. Y eso tiene que ver con la característica propia de lo que significa la performance”, señala.

De hecho, en 2023 fue el artista a cargo de una muestra creativa que congregó a cerca de 20 estudiantes para conmemorar los 30 años de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae, donde ejerce la docencia, bajo el nombre “Outline o contorno”. La performance planteaba directrices generales por parte del artista, pero se dejó un espacio de libertad para que cada participante viviera la dinámica desde su sentir ante la frase “Una marca que puede durar mucho tiempo o para siempre”, y desde la cual se creó un entramado.

“Me encanta compartir mis experiencias y problematizarlas también con los estudiantes. Yo llevo muchos años haciendo docencia, prácticamente desde que salí de la Escuela; y he generado lazos con ex estudiantes que son grandes amistades hasta el día de hoy. Ese es el nivel de complicidad y compromiso que tengo con mi rol como académico. Me interesa mucho poder problematizar lo que significa la enseñanza artística”, señala. 

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El hacer arte, para mí al menos, tiene que ver con la vida misma. No puedo separar el fin, no es solo una cuestión estética, sino que tiene relación con la utilización de ciertas materialidades, esas materialidades se transforman, pero son transformadas con un sentido, y si adquieren una forma es la consecuencia del sentido.

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